Sobre la tan usada palabra “empatía” aplicada indiscriminadamente en todo tipo de contextos, desde el personal hasta el social.
Creo firmemente en la importancia de la empatía como capacidad aplicada a una mejora en la relación y en la sociedad a una escala más grande, sin embargo, también creo que conlleva un gran riesgo cuando es utilizada discrecionalmente o con fines discursivos.El hecho es que no creo en una capacidad empática al 100%, es más, por definición es aproximativa, por lo que utilizada en un contexto discursivo tiene un elevado riesgo moral, derivado ya en el caso de escalas mayores, de una inevitable asimetría de información que puede ser natural o premeditada.Vale decir que la empatía así como otras capacidades humanas, como el contagio emocional en la teoría de masas, han pasado a convertirse en meros instrumentos de manipulación social, sin distinción de fines, desde comerciales hasta políticos.Lo que veo es un abuso de la palabra empatía partiendo de una postura válida sobre sucesos, realidades y emociones, pero siendo utilizada inescrupulosamente para sustentar discursos polarizadores y generación de identidades creadas inequívocamente para exacerbar la identificación de enemigos.
Todos tenemos diferencias, nadie concuerda completamente con la postura de otra persona, el trabajo de estos mercaderes de la moral es justamente generar escenarios tan complejos que nuestro ser se despoje de sus capacidades humanas dejando cabida solo a nuestros instintos de supervivencia básicos producto del miedo y el deseo.